El mito
- Chema Sánchez
- 8 jun 2022
- 1 Min. de lectura
Caen como gotas las sirenas de Odiseo
Cantan, lloran, gritan, y enseguida se evaporan,
Yacen sobre las rocas, sobre el Sol y la arena
Beben vino, escuchan pianos a lo lejos.
Caen como hojas los demonios de Fausto
Irrumpen entre cuerdas y ecos, pronto suspiran,
Viven como perros, como sombras y espejos
Comen puerco, se ríen en silencio.
¿Dónde quedan los mortales entonces?
¿Qué queda tras la muerte de Dios,
Sino un secreto a medias voces?
Acaso la pesadumbre de Sísifo,
Acaso la embriaguez de Sileno.
Caen como cenizas las entrañas de Prometeo
Se tornan negras, se cuecen solas,
Se vuelven el alimento de una bestia
Duermen bajo la ilusión del consuelo.
Caen como notas las plumas de Quetzalcoátl
Danzan, vuelan, se pierden, y enseguida arden
Temen al advenimiento del ocaso
Construyen un sueño, y no pueden soñarlo
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