Que viva la repetición
Y los cantos no se acaben,
Como el arrullo de un huérfano
Como la elegía de un viudo
Cuando las horas no son nada
Y los relojes lo son todo.
Que te diga "cosilla"
Y las hojas nos envidien,
Mientras se quiebran las ramas
Mientras nos traga la tierra
Mediante rituales profanos
Y consagraciones banales.
Que se siembren las caricias
Y se cosechen las cosquillas,
Al plantarnos besos
Y beber mezcal de una cazuela
Al correr riesgos
Y sentir en nuestro cuerpo la tela
Al escarbar restos
Y encendernos velas.
Que me digas "sos un sueñito"
Y me invites a vivir en tu pecho,
Entre maleza, caballos y flores
Entre fuentes y metal oxidado
En un parque que dice nuestro
Y una banca que llora insomnio.
Que nos tengamos siempre
Y se nos haga de madrugada,
Dentro de un cajón ausente
Dentro de un breve espacio
Bajo un coro desafinado
Y guitarristas anónimos.
Que viva nuestro idilio
Y no mueran las quimeras,
Cuando se ahoguen las aves
Y se vuelva ficción la vida,
Cuando tu cabello sea telón
Y juguemos a las escondidas,
Cuando el corazón te dé
Y los delirios nos decidan.
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